Los síntomas más frecuentes son:
. Estado de ánimo abatido, triste o apático (con llanto fácil).
. Cansancio y/o fatiga exagerada.
. Pérdida de ilusión por la vida y de interés por las actividades cotidianas.
. Alteraciones en el peso corporal (aumento o disminución).
. Trastornos del sueño (insomnio o excesiva somnolencia).
. Disminución de la conducta sexual o aumento exagerado de la misma.
. Ideas negativas y pesimismo, sentimientos de culpabilidad y/o desvalorización.
. Trastornos psicosomáticos, como dolores de cabeza, musculares, mareos, inapetencia (esto seria la depresión enmascarada, que también puede aparecer detrás de cualquier conducta adictiva).
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