La depresión no es una enfermedad exclusiva de la edad adulta. Aproximadamente el 5% padece depresión en algún momento de su infancia y el 18%de los diagnosticados cronifica la enfermedad. De hecho, uno de los grandes descubrimientos de la psiquiatría de los últimos 20 años es que la mayoría de los males mentales crónicos empiezan a desarrollarse en esos primeros años.
Cómo saber si tiene depresión o solo esta triste:
Tanto padres como profesores han de estar atentos cuando el niño presente alguna de las siguientes características con reiteración.
- Está continuamente triste, llorando con más facilidad.
- Pierde el interés por los juegos preferidos y por la escuela.
- Se aleja de sus amigos y de la familia.
- Presenta una comunicación pobre y se aísla en sí mismo.
- Se aburre y se cansa con facilidad.
- Presenta menos energía y concentración.
- Se queda irritable o demasiado sensible frente a pequeñas frustraciones, montando rabietas o berrinches con más facilidad.
- Se le nota extremadamente sensible al rechazo y el fracaso.
- Expresa baja autoestima y se desprecia a sí mismo.
- Elige “finales tristes” para sus cuentos y representaciones.
- Se comporta de una manera agresiva.
- Se queja constantemente de dolores de cabeza o de estomago.
- Come / Duerme demasiado o muy poco.
- Sufre una regresión a los primeros años de visa, hablando como un bebé u orinándose en la cama.
- Muchos de los juegos que practica le dan un énfasis especial a la muerte o a temas tristes.
- Tiene una reacción mínima, indiferente, a los acontecimientos que deberían provocar felicidad o alegría.
Cómo puedo ayudarlo:
- No ignore los síntomas de depresión. Preste más atención de lo normal a su hijo. Así le será más fácil hablar sobre sus problemas.
- Hágale preguntas y este atento a las pistas. Lo importante es indagar en lo que piensa. El niño necesita atención, interés por su parte.
- Establezca y mantenga las rutinas. El niño necesita sentirse arropado por una disciplina. Se sienten colaboradores y partícipes cunado se establece un horario para cada actividad.
- Este atento por si el niño tiene estrés. Es necesario reevaluar el calendario diario de actividades del niño. Pregúntese si su hijo no esta haciendo demasiadas cosas.
- Busque tratamiento médico. Hágalo en caso de que su hijo empiece a aislarse, comportarse mal o hacer comentarios negativos sobre sí mismo. El diagnóstico y tratamiento temprano de la depresión son esenciales para un niño afectado. El pediatra lo derivará a un psiquiatra infantil de la Seguridad Social o bien puede acudir a un especialista de la medicina privada.
Fuente: XL Semanal Nº 1202 7/11/2010
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